Skip to main content
header-inteligencias-multiples-o-capacidades-y-talentos

¿Inteligencias múltiples o capacidades y talentos?

  1. Introducción

    Howard Gardner, (1983) utilizó la expresión “inteligencias múltiples” en su libro Teoría de las inteligencias múltiples, para resaltar un número desconocido de talentos-capacidades humanas y su importancia. El libro fue un bestseller que consiguió que el autor no pasara desapercibido y consiguiera un gran número de ventas.

    Gardner, H. (1999) dice que no recuerda exactamente cuándo le surgió de pronto la idea de llamar a las capacidades o facultades, “inteligencias múltiples” y confiesa que su libro nunca hubiera tenido el éxito que tuvo si en lugar de hablar de inteligencias múltiples, hubiera hablado de diversidad de talentos.

    “Si yo hubiera dicho que el ser humano posee diferentes talentos, semejante afirmación hubiera sido incontrovertible, y mi libro (Teoría de las inteligencias múltiples) hubiera pasado desapercibido, pero tomé deliberadamente la decisión de escribir acerca de “inteligencias múltiples” para resaltar el número desconocido de capacidades humanes, desde la inteligencia musical hasta la inteligencia implicada en el conocimiento de uno mismo; usé las palabra inteligencias para subrayar que estas capacidades son tan fundamentales como las que tradicionalmente detecta el test C.I.”
    (Gardner, H. 1999).

    Gardner (1999) definió la inteligencia como “un potencial bio-psicológico -potencial neuronal- para procesar información que se puede activar en un marco cultural para resolver problemas o crear productos que tienen valor para una cultura”. La inteligencia no es algo que se puede ver o contar-medir sino que es como potencial neural, que se activa o no en función de los valores de una cultura determinada, de las oportunidades disponibles en esa cultura y de las decisiones tomadas por cada persona, su familia o sus profesores y otras personas.

    La teoría de las inteligencias múltiples (I.M.) sostiene que las habilidades cognitivas están divididas originalmente en siete inteligencias que operan de forma independiente desde diferentes áreas del cerebro (Gardner, 1983). Son las siguientes: lógico-matemática, lingüística, visual-espacial, musical, corporal-kinestésica, interpersonal e intrapersonal. A estas siete inteligencias, Gardner sumó años más tarde la inteligencia naturalista y sugirió la incorporación de otra más, la trascendente-espiritual.

    La teoría de las inteligencias múltiples se formuló para oponerse al concepto clásico de inteligencia definida como “aquello que miden los test” e identificada con un número, el famoso C.I. de Binet y Simon (1907), Wechesler, D., Terman, L., etc. que permite clasificar a los estudiantes más que conocer su inteligencia. A mi parecer la expresión “inteligencias múltiples” es una forma poética para hablar sobre la inteligencia, pero poco científica.

    Podríamos representar simbólicamente, en un comic, a H. Gardner como un guerrero moderno, lanza en ristre, luchando contra unos guerreros antiguos que también llevan las suyas; estos guerreros llevan escrito sobre el peto los nombres de Binet y Simon, Whesler, Terman, etc. En este sentido el gran acierto de Gardner fue oponerse al concepto de inteligencia propuesto por estos autores y definido con un número (C.I. o factor g) porque hay muchas manifestaciones (capacidades, potencialidades, talentos, etc…) de la inteligencia que no se pueden definir con un número. Cuando representamos con un número el grado de inteligencia ¿a qué capacidades, talentos, etc. nos estamos refiriendo? Podemos decir que a todos, y eso es lo mismo que referirse a ninguno en particular. Ciertamente, Gardner tuvo el acierto, con su famosa teoría, de definir lo que no es la inteligencia, pero de ahí a definir lo que es la inteligencia, hay un gran trecho.

  2. Críticas a la teoría de las inteligencias múltiples

    Hay muchas posturas contrarias a la Teoría de las inteligencias múltiples de H. Gardner; hay quien la considera equivocada, en su conjunto. Una de las críticas más serias que ha recibido es que su identificación de las inteligencias ha sido más bien el resultado de una intuición que de una fundamentación comprensiva y rigurosa de la investigación. Algunos comentarios de Sternberg (2004) parecen compartir este disgusto con respecto a la teoría de Gardner.

    El psicólogo cognitivo Miller (2008) señala que los argumentos de Gardner consisten en “corazonadas y opiniones”. El gran pedagogo americano Jerome Bruner llamó a las “inteligencias múltiples” de Gardner como “la ficción más útil”, y Murray, Ch. y Herrnstein, R. J. (1994), mencionan que “la teoría de Gardner está carente de evidencia psicométrica u otra evidencia cuantitativa”. Delius, J. D. (2002) profesor de psicobiología en la Univer-sidad de Constanza (Alemania), señala que “el estatuto científico de este tipo de inteligencias todavía debe definirse y fundamentarse mejor. Estos conceptos son un tanto deficitarios porque no existen instrumentos que valoran con una precisión aceptable, las inteligencias a las que hace referencia Gardner. Además no se ha establecido la relación de cada una de estas inteligencias con la inteligencia general”.

    Nosotros creemos que la inteligencia es producto del funcionamiento del cerebro como un todo. A nuestro parecer, no existen múltiples inteligencias, sino que los procesos de análisis y síntesis -comprensión de la realidad- se estructuran y organizan de manera particular en cada individuo, generando diferencias individuales en la conducta inteligente, que proviene, a su vez, de las experiencias vividas y almacenadas a lo largo del tiempo.

    Existe una gran unanimidad en la investigación científica internacional en torno a las capacidades o talentos y en la necesidad de su desarrollo a través de la educación. Javier Tourón, de la Universidad de Navarra (España) señala:

    En la clásica controversia entre herencia y ambiente, genetistas y ambientalistas han discutido hasta la saciedad. Actualmente la posición aceptada es de equilibrio entre ambas posturas. Estas podrían relacionarse con la pregunta: ¿El talento se hace o se nace con él? La respuesta es ambas cosas. Hay una importante carga genética, pero no se desarrollará sin un impacto favorable del ambiente (social, familiar, escolar, etc.). La dotación intelectual hay que verla en su dimensión dinámica, no estática. Pero, al mismo tiempo hay que entenderla como una posibilidad de llegar a ser, es decir que tiene importancia entender que estamos hablando de potencial. Confundir potencial con rendimiento es como no distinguir entre la potencia y el acto.

    Una crítica seria y científicamente fundamentada es la de Arias Gallegos, W. L. (2013). El autor destaca las ideas siguientes:

    “La inteligencia es un constructo unitario pero no unívoco, indisolublemente ligado al pensamiento, que mantiene relaciones sistémicas con diversas formas de actividad psíquica, por tanto no existe la necesidad de plantear la existencia de inteligencias múltiples. Tanto las inteligencias múltiples como la inteligencia emocional estarían relacionadas con la personalidad, las habilidades individuales o los estilos cognitivos, más que con la inteligencia misma. (…) La inteligencia humana es una propiedad del binomio pensamiento-lenguaje que favorece la adaptación del individuo, tanto en el mundo físico como en la esfera de las relaciones sociales. La inteligencia depende del pensamiento.

    La inteligencia es una sola, pero no es un fenómeno unívoco porque al carecer de contenido adopta diversas formas. Además, el ser humano, en tanto unidad sistémica que integra lo biológico, lo psicológico y lo social, es una totalidad donde el pensamiento se encuentra íntimamente relacionado con cada uno de los procesos, sean cognitivos, afectivos o volitivo-conativos. La inteligencia, como cualidad del pensamiento, tiene una base biológica que toma la dirección que cada cultura le impone”.

    Cada inteligencia es hija de una época; J. S. Bach no hubiera compuesto un solo coral si hubiera nacido en Costa de Marfil, aunque hubiera tenido la misma carga genética musical que tubo; pero es posible que hubiera tocado el tam-tam de su tribu con un ritmo inmejorable…

    Gardner define a la inteligencia como “la habilidad para resolver problemas o diseñar productos estimados como valiosos en uno o más contextos culturales”, su concepto no refleja la concepción plural de la inteligencia que propone. El problema con la teoría de las inteligencias múltiples, es que confunde el constructo de inteligencia con el de habilidad. Realmente, la definición de Gardner sobre la inteligencia resulta un tanto peculiar. Plantear que “la inteligencia es la capacidad de resolver problemas, generar problemas para resolver y crear productos valiosos para el entorno cultural en el que uno vive”, ¿no les parece que es decir lo mismo? El núcleo central de su definición es que la inteligencia es la capacidad para resolver situaciones novedosas (Tirapu Ustarroz, J. 2010, p. 109 y ss.).

    Gardner comete un error al confundir habilidades -capacidades- con inteligencias. Si decimos que el líder de Greenpeace posee una gran inteligencia naturalista no doy información sobre si es o no inteligente. Si planteo que un tal Maradona o Messi poseen una gran inteligencia físico-kinestésica no digo nada sobre su capacidad para conducirse de forma inteligente por los recovecos de la vida. En un principio, Gardner definió “sólo siete inteligencias” a las que posteriormente añadió la inteligencia naturalista ¿Cuánto tardará Gardner en descubrir la novena inteligencia? ¿Será esta novena inteligencia la inteligencia trascendente-espiritual, la intuitiva?

  3. ¿Paradigma de las inteligencias múltiples?

    La definición científica del concepto de inteligencia es importante, no sólo a nivel teórico sino también a nivel práctico, porque si un término tal es mal entendido o mal empleado, puede generar graves problemas en la práctica educativa.

    • En primer lugar muchas de las propuestas de la pedagogía por I.M. ya existían antes de 1983, dentro del marco de atención a la diversidad y habían demostrado ser eficaces.
    • En segundo lugar, y en sentido contrario, varias de las propuestas atribuidas al método de I. M. no tienen ninguna evidencia y pueden llegar a comprometer el aprendizaje de los estudiantes al aumentar el número de actividades superficiales y sacrificar partes importantes del currículum (Kornhaber al., 2004).

    No tiene razón de ser diseñar actividades concretas en función de la “inteligencia múltiple” que queremos trabajar en el estudiante ya que en las materias que se estudian, y en sus correspondientes actividades, se ponen en juego múltiples funciones cognitivas relacionadas con diferentes talentos-capacidades y destrezas de los estudiantes.

    Todavía hay pocos estudios sobre la eficacia de enseñar utilizando como criterio el desarrollo de las inteligencias múltiples; las metodologías y los estudios realizados han sido heterogéneos y, lo más importante, en ningún caso se ha logrado demostrar una relación causal entre el uso del método de las I. M. y la mejora en el aprendizaje de los estudiantes (Hodge, 2005). El propio Gardner reconoce la falta de evidencia existente y llega a expresar su descontento con la forma con la que, a veces, se ha hecho la transferencia de su teoría a la práctica, tachándola incluso de superficial (prólogo del libro de Kornhaber et al., 2004). Gardner ha manifestado que «le inquieta la forma en que su teoría está siendo usada en la educación”. Ya en la década de los 90, Gardner tuvo que salir al paso de algunas malas interpretaciones de su teoría, especialmente tratando de diferenciar su interpretación de la que estaban haciendo quienes trabajaban con ella en las escuelas.

    Todavía me parece más deplorable, desde el punto de vista pedagógico, que en cada asignatura se quieran desarrollar todas las inteligencias múltiples, empleando la famosa “paleta de inteligencias múltiples”… Olvidamos que las actividades de las distintas asignaturas para desarrollar las capacidades y talentos del estudiante, -en definitiva su inteligencia- van a recaer sobre el mismo sujeto. ¿Qué objeto tiene intentar desarrollar las ocho inteligencias en cada actividad, haciendo filigranas de programación sin ninguna finalidad práctica? Es comparable a lo que sucede con las competencias, al querer desarrollar todas ellas en cada asignatura.

    Al hilo de lo que estamos tratando cuento un hecho que me sucedió hace un año. Me encontré con un amigo en España, director de Instituto, y presidente de un tribunal de oposiciones de Lengua y Literatura de Secundaria-Bachillerato. Le pregunté qué actividades proponían los opositores en la programación de la asignatura de Lengua y Literatura para desarrollar la competencia matemática.

    Ese es el problema, me dijo. La inmensa mayoría o no la ponían o proponían como actividad: “Contar el número de sílabas de las palabras…” Es fantástico ver un estudiante de 17 años contando las sílabas de las palabras para desarrollar su inteligencia matemática… A todos nos parece ilógico e irrelevante, y es que los hechos son más firmes que las ideas que tenemos sobre ellos y al final se impone la realidad.

    Algo parecido sucede con el profesor de Educación Física cuando quiere desarrollar la competencia de Comunicación lingüística en su asignatura. En este caso pedía a los estudiantes que identificaran los sinónimos de: ¡Preparados, listos, ya…! ¡Con esos ejercicios de desarrollo de competencias lingüísticas seguro que se consiguen medallas en las Olimpiadas…! Preguntemos a los mejores profesores que se sienten obligados a realizar tales programaciones y escuchemos sus respuestas.

    Volviendo a las inteligencias múltiples, a mi parecer no tiene ningún fundamento enseñar una materia a un estudiante en función de su “inteligencias estrella” como, por ejemplo, enseñar biología mediante el canto, en el caso de un estudiante con una muy buena “inteligencia musical” o enseñar matemáticas mediante el baile, en el caso de un estudiante con una excelente “inteligencia kinestésica-corporal”. Repito, esto no significa que no haya que atender a las necesidades individuales de los estudiantes y al desarrollo de las capacidades para las que tienen mayor dotación genética, pero para ello ya contamos con múltiples recursos en el marco de la atención a la diversidad y las variadas asignaturas de la currícula.

    Estoy totalmente de acuerdo con que el desarrollo de las capacidades-talentos de los estudiantes necesita que el docente pueda decir lo que Einstein afirmaba: “Yo nunca enseño a mis estudiantes, sólo intento darles herramientas útiles para que puedan aprender”. Si se consigue esto el desarrollo de las capacidades-talentos de los estudiantes está asegurado.

    Como señala Gardner, H. (1999) “la esencia de la teoría es respetar las muchas diferencias que hay en los individuos; las múltiples maneras como aprenden; los distintos modos por los cuales podemos evaluarlos y el número, casi infinito, de modos en que éstos pueden dejar su huella en el mundo”…

    Por último, la teoría ofrece una serie de recursos que pueden resultar de utilidad para que el estudiante llegue a conocer su verdadero perfil intelectual y, en consecuencia, diseñar su proyecto de vida para que, con la ayuda de sus profesores, sea capaz de identificar y desarrollar sus fortalezas y compensar las debilidades, si quiere lograr su realización personal y el éxito profesional en sus tareas. La Teoría de las inteligencias múltiples ha suministrado a los educadores nuevos criterios, modelos e instrumentos de evaluación que permitan conocer con mayor exactitud lo que significa una persona desarrollada, educada y en crecimiento permanente.

    En resumen, la Teoría de las inteligencias múltiples, permite mejorar la práctica educativa: enseñanza diversificada y enriquecida, clarificación del papel del profesor, diversidad de instrumentos para la evaluación y perfiles intelectuales orientados al crecimiento personal… Pero hasta ahí no más…

  4. Referencias

    Arias Gallegos, W. L. (2013). Teoría de la Inteligencia: Una aproximación neuropsicoló-gica desde el punto de vista de Lev Vigostsky, en Cuadernos de Neuropsicología. Panamerican Journal of Neuropshychology.

    Delius, J. D. (2002). Inteligencias y cerebros: un enfoque comparativo y evolutivo, en Moragado, I. Emoción y conocimiento. Barcelona, España: Metatemas.

    Gardner, H. (1983). Frames of mind: The theory of multiple intelligences. New York: Basic Books.

    Gardner, H. (1994). Las inteligencias múltiples. Estructura de la mente. México D.F: Fondo de Cultura Económica.

    Gardner, H. (1999). La inteligencia reformulada. Las inteligencias múltiples en el siglo XXI. Barcelona: Paidós.

    Gardner, H., & Moran, S. (2006). The science of multiple intelligence theory: A reponse to Lynn Waterhouse. Educational Psychologist, 41, 227-232.

    Hodge, E. (2005). A best-evidence synthesis of the relationship of multiple intelligence instructional approaches and student achievement indicators in secondary school classrooms (Tesis doctoral). Recuperado de: http://digitalcommons.cedarville.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1009&context=education_theses .

    Kornhaber, M. L., Fierros, E. G., & Veenema, S. (2004). Multiple intelligences: Best ideas from research and practice. Needham Heights, MA: Allyn & Bacon Publishers.

    Miller, G. A. (2008). Introducción a la Psicología. Madrid, España: Alianza

    Murray, Ch. y Herrnstein, R. J. (1994). The Bell Curve. New York, USA: The Free Press

    Sternberg, R. J. y Detterman, D. K. (2004). ¿Qué es la inteligencia? Madrid, España: Pirámide.

    Tirapu Ustarroz, J. (2010). ¿Para qué sirve el cerebro? Manual para principiantes. Bilbao, España: Desclée de Brouwer, S.A.

Marino Latorre

Marino Latorre

Director de la Escuela de PostGrado de la Universidad Marcelino Champagnat. Licenciado en Ciencias con especialidad en Químicas por la Universidad de Valencia. Realizó sus estudios de doctorado en la Universidad de Alicante (España). Es Doctor en Educación, mención Psicopedagogía, por la Universidad Marcelino Champagnat de Lima.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


*