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Capacidades, destrezas y procesos mentales (inicial, primaria y secundaria)

  1. Capacidad

    Es una habilidad general de carácter cognitivo que utiliza o puede utilizar el aprendiz para aprender. El carácter fundamental de la capacidad es cognitivo.

    La habilidad es un potencial que posee el individuo en un momento determinado lo utilice o no. Tiene un componente cognitivo y afectivo. Un conjunto de habilidades constituye una destreza. Las habilidades se desarrollan a través de procesos mentales que constituyen una estrategia de aprendizaje.

    En el Paradigma Socio-cognitivo las capacidades se clasifican de la forma siguiente:

    1. Capacidades pre-básicas: Son la atención, la percepción y la memoria. Sin ellas no es posible desarrollar las demás capacidades.
      • Atención: La atención se entiende como concentración, y ésta es posible cuando la mente se focaliza en un objeto. La atención se ve favorecida por el interés, la necesidad, la intensidad del estímulo, es decir, por la motivación que despierta en el sujeto la percepción del objeto. La atención actúa como un embudo y por ello es selectiva.
      • Percepción: Es el proceso de discriminación entre estímulos y la interpretación de su significado. En este proceso intervienen los sentidos y la mente con las experiencias anteriores. Lo esencial de la percepción es la interpretación de los estímulos, es decir, encontrar y construir el significado lógico de los mismos.
      • Memoria: A través de la memoria el hombre guarda las huellas o rastros de experiencias anteriores. Su pasado se prolonga de alguna manera en el presente y le permite tomar decisiones que cree adecuadas en las nuevas circunstancias que le toca vivir.
    2. Capacidades básicas: El razonamiento lógico (comprensión), la expresión, la orientación espacio-temporal y la socialización. Estas capacidades son imprescindibles para los aprendizajes escolares. Son las más utilizadas a nivel escolar.
      • Razonamiento lógico (comprensión): Se entiende por razonamiento el modo de pensar discursivo de la mente que permite extraer determinadas conclusiones a partir del conocimiento de que se dispone. La actividad de la mente supone la presencia de datos, de experiencias y situaciones percibidas antes; se puede decir que razonar es relacionar experiencias, ideas y juicios. Habitualmente se piensa que el razonamiento (comprensión) es el eje central de la inteligencia o el pensamiento. El razonamiento o comprensión está presente como una capacidad básica en los aprendizajes de todas las áreas. En consecuencia, en todas las áreas debería estar esta capacidad.
      • Expresión: El pensamiento es inconsistente sin el apoyo del lenguaje. El lenguaje es una forma maravillosa, -exclusiva de los humanos-, de atribuir significados a signos convencionales, sean escritos o sonoros. El lenguaje es, pues, un conjunto de sonidos articulados con los que el hombre manifiesta lo que piensa y siente. Los teóricos del lenguaje le asignan cuatro componentes fundamentales: fonológico (sonidos), semántico (significación), estructural (sintáctico) y pragmático (contextual). Todos estos elementos implican capacidades básicas subyacentes, tales como la comprensión y la expresión. Las dos modalidades fundamentales del lenguaje son la expresión oral y la escrita (aunque también existen otras muchas formas de expresarse).
      • Orientación espacio-temporal: Es una habilidad general para ubicarse en el tiempo y el espacio en forma perceptual, representativa y conceptual, así como establecer relaciones entre el tiempo y el espacio. Piaget diferencia entre el espacio en la acción y el espacio en la representación:
        • El espacio de acción -espacio perceptual- lo consigue el niño con sus movimientos para dominar el entorno; toma contacto con los objetos, desarrolla su actividad perceptiva y establece sus primeras relaciones.
        • El espacio representativo: la elaboración de la representación espacial es progresiva y dura, al menos, diez años. El niño va dominando los significados de derecha-izquierda, delante-detrás, arriba-debajo…mediante la manipulación directa. Posteriormente, surge el espacio representado, más complejo, que relaciona velocidad-distancia-tiempo, comprensión de imágenes en el desplazamiento y construye un “espacio sin lugar” a partir de la representación mental.
      • Socialización: El hombre es un zon politikón, (un animal que vive en la ciudad, dice Aristóteles), pues para desarrollarse como tal, debe vivir en sociedad. Se ve influenciado por el medio en que vive a través de la lengua, la ciencia, la religión, las costumbres, tradiciones, etc. en una palabra, la cultura. La capacidad de socialización posibilita la integración social del individuo en un contexto determinado. La socialización supone integrar la pluralidad en la propia identidad. En la socialización se encuentran con más claridad las capacidades y valores (inteligencia cognitiva y afectiva) como una forma de construcción de la identidad individual y social.
    3. Capacidades superiores: Son el pensamiento creativo, el pensamiento crítico, el pensamiento resolutivo (resolución de problemas) y el pensamiento ejecutivo (toma de decisiones). Presuponen un adecuado desarrollo de las capacidades prebásicas y básicas.
      • Pensamiento creativo: La creatividad es una capacidad de responder adaptativamente a necesidades planteadas por nuevos productos y por nuevas perspectivas. Es esencialmente la capacidad de dar existencia a algo nuevo.

        La creatividad práctica es la capacidad para ver las cosas con otro enfoque diferente, ver los problemas que tal vez otros no reconozcan y, luego, aparecer con una solución nueva, efectiva y poco común. Además, la creatividad tiene que ver con la habilidad para descubrir respuestas nuevas e insólitas a un problema, es decir, tiene que ver con el pensamiento divergente. De todo esto surgen dos enfoques:

        • Creatividad es toda realización de un producto nuevo socialmente reconocido como tal.
        • Creatividad es una capacidad de encontrar soluciones nuevas a los problemas ya planteados, o de plantear y solucionar problemas nuevos.
      • Pensamiento crítico: Es una habilidad general que nos permite discurrir, ponderar, examinar, apreciar, considerar, defender opiniones sobre una situación concreta y emitir juicios de valor argumentados, fundándose en los principios de la ciencia. Una persona crítica utiliza las reglas del pensamiento crítico de una manera adecuada:
        • Reúne toda la información disponible, profundizando en ella y aprende lo más posible sobre el tema, antes de tomar una decisión.
        • Define los conceptos necesarios para una situación dada y los explica con claridad en términos usuales.
        • Identifica las fuentes de las informaciones y desconfía de la información anecdótica. Evita convertir una anécdota en una categoría. ¿Las fuentes tienen intereses ocultos, prejuicios o predisposiciones inconfesables?
        • Pone en duda las conclusiones hasta que las verifica a partir de hechos concretos.
        • Se acostumbra a vivir con la incertidumbre, ya que no siempre es posible tener la respuesta adecuada, aunque trata de manejar la incertidumbre para salir de dudas.
      • Pensamiento resolutivo (resolución de problemas): Un problema como un conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de un fin. La resolución de un problema es buscar de forma consciente un conjunto de acciones apropiadas para lograr un objetivo claramente concebido pero no alcanzable de forma inmediata (G. Pólya).

        Capacidad que permite construir nuevos conocimientos a partir de una situación problemática. Resolver un problema es encontrar un camino, allí donde no había previamente camino alguno; es encontrar la forma de salir de una dificultad; es encontrar la forma de sortear un obstáculo, conseguir un fin deseado que no es alcanzable de forma inmediata, si no es utilizando los medios adecuados.

        Fases representativas de la solución de problemas. Para Pólya (1975), en el proceso de solución de un problema se distinguen cuatro etapas:

        1. Entender el problema: de qué datos se dispone y cuáles son las condiciones.
        2. Diseñar un plan: para ello, a veces, hay que considerar problemas previos, antes de llegar a la solución.
        3. Llevar a cabo el plan de resolución.
        4. Examen de la solución obtenida.

        En educación se entiende como aquellos ejercicios con cierta dificultad que exigen, para su resolución, la utilización de conocimientos adquiridos y la aplicación de ciertos algoritmos. La resolución de problemas abarca la capacidad de resolver situaciones de la vida, generar nuevos problemas para resolver, elaborar productos, ofrecer un servicio de valor en un contexto comunitario o cultural (Gardner, 1996).

      • Pensamiento ejecutivo (toma de decisiones): El pensamiento ejecutivo está relacionado con el pensamiento crítico, el creativo y sobre todo con el pensamiento resolutivo. La vida no es otra cosa que una serie de decisiones en la que algo se gana o algo se pierde. Los sujetos que toman las mejores decisiones son aquellos que tienen una estructura interna muy sólida y estable, y estas decisiones son fruto de sus convicciones. Muy a menudo las decisiones están muy relacionadas con las características de la propia personalidad (impulsividad, inestabilidad emocional, obsesión, prejuicios…).

        El pensamiento ejecutivo es la capacidad de ejecutar las acciones más adecuadas, en contextos determinados, para resolver problemas. Hay que tomar las decisiones sin presiones y con libertad interior, sin prisa y tomarse el tiempo que sea necesario, valorando las consecuencias de dicha decisión, sopesando los pros y los contras; se trata de no equivocarse. Hay que aceptar el riesgo de decidir: no existen en la vida seguridades absolutas y ninguna decisión está exenta de riesgos.

  2. Destreza

    El concepto de “destreza” se utiliza, a veces, como equivalente a “una habilidad manual” para realizar con eficiencia ciertos trabajos manuales. En el Paradigma Socio-cognitivo-humanista definimos la destreza como una “habilidad específica de carácter cognitivo que permite realizar determinadas acciones mentales con eficiencia”. No excluye que esta habilidad mental “direccione” la realización de las habilidades manuales de un sujeto. Esto es lo que se llama “pensar con las manos”.

    Las habilidades manuales se realizan porque la mente orienta la forma de hacer. Así, cuando Miguel Ángel esculpía su estatua de “David”, era su mente la que dirigía el cincel y el martillo para dar el golpe oportuno en el lugar adecuado. Su “destreza” -habilidad cognitiva- se traducía en habilidad-destreza manual para esculpir la obra de arte. Pero, si no hubiera tenido desarrolladas estas “herramientas mentales” -destrezas- no habría podido esculpir esa obra maravillosa. Entre las destrezas que debió poner en juego se encuentran: imaginar en el espacio, hacer el diseño de la obra en pintura, manejar las reglas de la proporción, utilizar herramientas adecuadas en cada momento, producir algo nuevo a partir de modelos o sin ellos, etc.

    Las destrezas –invariantes funcionales– constituyen acciones mentales que el estudiante debe desarrollar, a través de las actividades que proponga el docente en el aula, aprendiendo los contenidos de las distintas áreas. Cuando hablamos de “invariante funcionales” nos referimos a que la definición de las destrezas y los procesos mentales que las desarrollan son independientes de los contenidos a los que se aplican. Esto hace posible que los estudiantes desarrollen las acciones mentales bajo la dirección y control del profesor de cualquier materia de estudio, logrando así que su aplicación sistemática se concrete en habilidades mentales -destrezas, como herramientas mentales de carácter específico- y estas habilidades se transformen en hábitos de pensamiento. Un conjunto de destrezas forma habilidades generales de carácter cognitivo que se llaman capacidades.

    Comprender es aprehender la realidad, hacerla de uno mismo. No se trata solo de aprehenderla-comprenderla cognitivamente, sino vivencialmente. Se trata de “ver el interior” de las cosas-ideas y sus significados y no solo comprenderlos mentalmente. Los “conceptos” -las palabras que los expresan- son representaciones ideales de las cosas o palabras. Si es difícil comprender el mundo de la realidad, ¡cuánto más será comprender el mundo de las ideas…! No olvidemos que “dominar un concepto supone no ya conocer los rasgos de los objetos y fenómenos que el concepto abarca, sino también saber emplear el concepto en la práctica y saber operar con él” (Davidov, 1979, p. 27).

    El aprendizaje se realiza a través del pensamiento y la palabra. Los procesos mentales son escalones -pequeños pasos mentales- que al recorrerlos de forma secuenciada permiten desarrollar habilidades mentales más o menos complejas -destrezas-. Una destreza es insaciable pues nunca se acaba de desarrollar; está siempre en proceso de desarrollo y esto se consigue cuando se aplica a contenidos cada vez más extensos y difíciles. Desarrollando éstas se consigue también el desarrollo de las distintas capacidades de forma progresiva. Recordamos que la capacidad base de todo desarrollo cognitivo es la comprensión; es una capacidad que debe trabajarse en todas las áreas de estudio, pues si no hay comprensión, no hay aprendizaje.

    Para utilizar estas habilidades y procesos, los profesores y estudiantes tienen que ser capaces de generar y realizar actividades, tareas, proyectos, módulos, situaciones de aprendizaje y aprendizaje basado en problemas, etc. novedosos, retadores, originales…; si se hace así los estudiantes aprenderán contenidos, producirán conocimiento y se convertirán en profesionales competentes.

Marino Latorre

Marino Latorre

Director de la Escuela de PostGrado de la Universidad Marcelino Champagnat. Licenciado en Ciencias con especialidad en Químicas por la Universidad de Valencia. Realizó sus estudios de doctorado en la Universidad de Alicante (España). Es Doctor en Educación, mención Psicopedagogía, por la Universidad Marcelino Champagnat de Lima.

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